Se me va,

se va como el agua que escurre entre nuestras manos,

es triste, lo es,

pero, 

aun lo es más saber que se me va y marcado me dejará,

se me va y me deja mojado como el agua que fluye.

Se me va y no puedo retenerlo.

Me enamore sin querer,

y ahora solo quiero amar.

El que siempre pudo vivir sin amor,

ahora extraña cada segundo que no está con el suyo.

Y, ¿Lo sientes todo bien?

Los suaves acordes del piano se deslizaban entre aquella nota melódica dando el tono nostálgico que la situación  requería, en estos momentos siempre  acudo a despolvar las teclas del viejo instrumento. Todo el mundo duerme, pero mi voz necesita salir.

Me siento mal, está claro, extraño sin lugar a dudas, no logró más que tatarear unos pocas vocales que se envuelven y entrecruzan al completo con el suave ritmo de la melodía que se recrea con el sonido del viejo piano.

Hace frío, mucho, sin embargo no me atrevo a volver a la habitación a por abrigo, levantó los pies del helado mármol y sigo tocando a la leve luz de la lámpara de escritorio, no eran necesarias partituras, la obra prosigue melancólicamente como rige mi mente. Canto ahora más claro que antes, me siento solo, dolido;

"Puedes verme aquí y ahora,

destrozado,

solo tú, vuelve a mi,

¿Lo sientes todo bien?"

Vivo ahora, pero no hago más que morir con cada segundo, tomo aire y canto, ahora mi voz sobresale, dejo de tocar y levantándome sin importar ahora el frío de la noche me apego a aquella ventanilla, a fuera llueve;

"Quizás haya fallado, 

quizás haya pecado,

quizás haya mentido,

pero tú,

¿Lo sientes todo bien?"

Lloro, pero no de forma trágica, sino como si fuera natural, los minutos pasan, y los silencios entre las notas se hacen cada vez más largos, pero canto;

"Camina sobre mis pies,

yo te llevaré,

Puedes volar, pero

hazlo,

yo te llevaré"

Veo caer mis lágrimas como caen la gotas precipitadamente por la diminuta ventana. Se ve el cielo, oscuro tanto como los lugares de la estancia dónde la luz no alcanza a alumbrar, y la Luna, se esconde, se abriga con los nubarrones haciéndoles llorar;

"Puedes decir, 

que no estarás más aquí,

pero,

¿Realmente lo sientes todo bien?"

Ya no veo mi reflejo en el cristal, ya ni siquiera soy capaz de verme a mi mismo, vuelvo a la cama, me siento roto, sintiéndome abatido sé que resistiré, ¿Cuál será el precio esta vez?

Algo que solo tú sabrás, esto esta lejos de terminar y expirando me pregunto sí;

"¿Lo sientes todo bien?".

Te extraño.

El Sol me cubría por completo, 

el reloj marcaba una hora cualquiera en torno a las tres de la tarde.

 Era extraño,

 pero mi estado anímico siempre había estado estrechamente relacionado con las nubes del cielo,

 sin embargo todo había cambiado y

 estaba claro que eras tú, 

el Sol había iluminado por completo la ciudad, pero tu recuerdo nublaba mi vista,

congelaba mis sentidos y me envolvía en una espesa niebla,

las gotas de lluvia en esta ocasión no podían ser otras que mis propias lágrimas.

Era extraño sentir como

se deslizaban todas y cada una de ellas por mis mejillas,

lenta y pausadamente,

provocando en mi escalofríos que recorrían el completo de mi cuerpo

como en busca de algún rincón dónde aún quede algo de ti.

Rincones como aquellos en los que tus dedos

se dejaban llevar y dibujaban corazones sobre mi piel,

como aquellos otros por los que tus labios,

demostraban el verdadero significado de amor,

rincones por los que aún se podía palpar el calor de tu aliento sobre mi ser.

Era extraño, 

todo eso,

más aún era extraño

 el por primera vez necesitarte y no tenerte,

no más,

era extraño el te extraño.

Y el trato,

el trato será el de no gritar 

Nunca

hasta que nada sea posible.

Por un Siempre que se

volverá efímero.

Pues lo dejaré en un 

Eterno

Te quiero.

Me resulta extraño,

mi felicidad es tan efímera

Son amores problemáticos,

Ayer lloré mientras tu me ignorabas,

luego pasaste ha hacerme reír y pasar los momentos más maravillosos.

Me dí cuenta de que 

en el fondo estás ahí, 

pero no me vale la ondez.

Escribí tantas páginas hipotéticas obviando las auténticas.

Pero,

ya tengo ganas de un amor sincero,

que deje las ocaciones,

y siempre me haga feliz.

Te amo,

no lo había dicho antes,

ni siquiera tu lo sabes, ni lo sabrás nunca,

y eso que quízas te ame toda mi vida.

Pero también me amo a mi mismo

¿y sabes qué?

Quiero ser feliz, siempre. 

                                                                                          L.Paussini.

Me adentro en mi bañera.

Allí rodeado de agua, me toco la piel.

La recorro con las manos.

La piel es el límite.

Existo dentro de la piel.

Este límite delgado, continuo,

suave a trozos y a trozos áspero,

señala mi separación con lo que me rodea.

Un abismo entre mi mente, mi ser,

y el mundo.

Me muevo dentro de mi piel, me acerco a otras pieles,

otros seres humanos igualmente encerrados en sí mismos,

protegidos y encarcelados en su piel,

la mejor defensa,

el mejor castigo.

Lo único cierto es este entramado de venas, nervios,

huesos, músculos que la piel oculta.

La sangre y los finísimos hilos conductores.

Los sentidos alerta, apartando obstáculos,

ofreciendo tentaciones.

De piel adentro,

soy el mundo.

Lo que me rodea puede desaparecer en cualquier momento.

Si yo me alejo, 

desaparece.

Si se destruye ante mis ojos,

desaparece.

Yo soy el único mundo real, el único que siento como

existente.

Este pequeño mundo ambulante que transporto

o que me transporta,

flota en una atmósfera inestable.

A veces hay tempestades que lo zarandean, o brisas suaves 

que lo mecen,

que afectan mi a coraza,...

Me adormezco en el agua templada.

Dentro del agua pierdo hasta al conciencia de mi piel.

El agua me rodea,

y extiende mis límites hasta el contacto sólido de la bañera.

Adoraba observar los pequeños detalles que lo rodeaban,

puede que esta sea la explicación

por la que sus amigos lo traten como a un daltónico

de la vida,

y esto ha de ser importante,

porque no les presta la menor atención,

como a las grandes cosas de su alrededor,

prefiere renegarlos,

hacer caso omiso a sus palabras.

Puede que esta sea la explicación por la que 

recibe este trato,

pero quizás sea la razón

por la que no le ha ido nada mal en la vida.

 Aprende que mirar

tu alrededor de una forma distinta,

no te hace distinto,

te hace especial,

único.

Y a esas alturas había llegado a la conclusión

de que el amor y la espera eran una misma cosa.

El uno no existía sin el otro.

Amar es esperar,

pero paradójicamente es lo único que me impulsa a actuar.

O sea la espera me mantiene activo.

Gracias al amor que durante tanto tiempo he esperado,

estoy logrando purificar 

cuerpo y alma.

Pero, 

ya no importa nada en el mundo a no ser que 

con el amor esté relacionado.