Y a esas alturas había llegado a la conclusión
de que el amor y la espera eran una misma cosa.
El uno no existía sin el otro.
Amar es esperar,
pero paradójicamente es lo único que me impulsa a actuar.
O sea la espera me mantiene activo.
Gracias al amor que durante tanto tiempo he esperado,
estoy logrando purificar
cuerpo y alma.
Pero,
ya no importa nada en el mundo a no ser que
con el amor esté relacionado.
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